Cáncer de estómago: detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia

El cáncer de estómago, también conocido como cáncer gástrico, es una enfermedad silenciosa que muchas veces se confunde con malestares comunes. Hoy te comparto qué es, sus síntomas, cómo prevenirlo, detectarlo y tratarlo a tiempo.

¿Qué es el cáncer de estómago?

El cáncer de estómago se origina cuando las células del revestimiento interno del estómago comienzan a crecer de manera descontrolada. Puede avanzar lentamente, pero en muchos casos no da síntomas hasta que está en una etapa avanzada. Por eso es tan importante conocerlo y actuar con prevención.

Síntomas que debes observar:

Al inicio, los síntomas pueden parecer problemas digestivos comunes. Sin embargo, si persisten o empeoran, es momento de hacer una valoración médica. Algunos de los signos más frecuentes son:

  • Dolor o ardor en el estómago.
  • Indigestión constante o sensación de llenura rápida.
  • Náuseas o vómito frecuente (a veces con sangre).
  • Pérdida de apetito o de peso sin razón aparente.
  • Fatiga o debilidad.
  • Heces oscuras o con sangre.

Si alguno de estos síntomas aparece con frecuencia, no lo ignores.

¿Cómo se detecta?

Para diagnosticar el cáncer gástrico, utilizo estudios que permiten observar el interior del estómago y tomar biopsias si es necesario:

  • Endoscopía digestiva alta, que permite visualizar directamente el estómago.
  • Biopsia, para analizar tejido sospechoso.
  • Estudios de imagen, como tomografías, para ver si el cáncer se ha extendido.
  • Pruebas para detectar Helicobacter pylori, que también deben tratarse si están presentes.

¿Cómo se trata?

El tratamiento depende del tamaño, ubicación y etapa del tumor. Como cirujano oncólogo, puedo ofrecer un enfoque integral que incluye:

  • Cirugía oncológica, para retirar parcial o totalmente el estómago, dependiendo del caso.
  • Quimioterapia o radioterapia, en casos más avanzados o como complemento a la cirugía.
  • Terapias dirigidas, si el cáncer tiene ciertas características moleculares.

Cada paciente es diferente, y mi compromiso es acompañarte con un tratamiento personalizado, claro y humano.

¿Cómo se puede prevenir?

Aunque no siempre se puede evitar, hay varias formas de reducir el riesgo:

  • Evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
  • Mantener una dieta rica en frutas, verduras y fibra.
  • Reducir el consumo de alimentos procesados, salados o muy condimentados.
  • Tratar a tiempo infecciones por Helicobacter pylori, una bacteria que puede dañar la mucosa gástrica.
  • Evitar el uso excesivo de antiinflamatorios sin supervisión médica.
  • Realizar chequeos regulares si hay antecedentes familiares.

Estoy aquí para ayudarte
Si tienes síntomas digestivos persistentes o antecedentes familiares, no esperes. Estoy aquí para valorarte y apoyarte en cada paso, desde el diagnóstico hasta el tratamiento.